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Marina Puerto de la Navidad
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We left Puerto Vallarta with 15 knot winds. Finally, we had some decent wind to enjoy our
sailing and even though we had it on the nose, the boat was healing
considerably and had to tack 5 or 6 times before getting out of Bahia Banderas,
I did not complain not once... Well…
maybe once but that was it… ok, ok, maybe once per tack… Alright I did complain
a bit but was happy anyways! Once out in
the ocean we enjoyed the wind on our beam for a few hours, and as is routine at
night the wind died. The skipper did not want to get to Bahia de la Navidad at
night because the entrance to the marina has very shallow areas and not much
room for error so we motor for a while. We managed to get there around lunch time
and as luck may have it a sport fishing boat enter the marina just in front of
us and showed us the way.
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The skipper enjoying the view while I do all the work ;)
El skipper disfrutando del paisaje mientras yo hago todo el trabajo ;) |
The marina was a little gem hidden from the ocean behind a
gorgeous mountain. It is a bit tight and
trying to find the slip assigned to us, was not an easy task. The gal at the phone said not to worry that
she would have personnel waiting for us to help identify the spot, but once
again they were fashionably late. Fed up
with the stress of moving Scarlett through tiny corridors and unknown places we
decided to tie her at the end of dock C and look for the slip by foot trying to
avoid a repeat of the Puerto Vallarta arrival. Of course, once we found C31 our spot the
personnel arrived.
The marina is situated at the foot of the Grand Bay Hotel
Isla Navidad and as guests we had access to its facilities. We spent many hours relaxing in the pool, the
jacuzzi and the surrounding gardens. The
pool was more than 6 feet deep in most areas and the water was nice and warm.
It had a bar in the middle where we enjoyed some drinks and a pair of water
slides that Dax enjoyed going up and down with other kids from the hotel. Such a treat!
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Dax and I having some drinks in the pool
Dax y yo tomando algo en la piscina |
One of the main reasons we decided to come to Bahia de la Navidad
was that we had heard of a great French baker that delivered his goodies by
panga to the boat. In the cruising community,
he is a must visit when going south, so we did. I must say, he did not disappoint us. His baked goods were to die for. The walnut croissants and the tarts were
unbelievable and the bread is the best bread we had so far in Mexico.
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Water taxi taking other guests to town
Taxi aquatico llevando otros huespedes al pueblo |
Link:
On a panga to Barra de Navidad... awesome ride!
As is our trip tradition by now, the last day we chose a
small mama and papa restaurant with lots of flare. Many locals were eating there so I imagined
the place must be good. Confident I had
made a good choice we sat at Don Pedro’s.
It turned out that Don Pedro’s was managed by this old Mexican grandpa Don
Pedro, who scolded us for being picky and not eating his offering, some of
which I must admit, were not recognizable.
The conversations between Dax and the old man were hilarious… after a
few minutes of negotiating they agreed that shrimp burger and a Pepsi will do
and we were able to have dinner in peace. We ended with a hug and laughing at our
cultural exchange with the promise that we would return some day. Well maybe I will… not sure about Dax and
Ricardo.
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Dax and I at Don Pedro's after we got reprehended
Dax y yo en Don Pedro despues de que nos reto |
The grandpa kind of treatment and the ambiance of the restaurant
was just what we needed to finish our three day stay in Bahia de la Navidad
with nostalgia. We headed back to enjoy the
last hours of peaceful bliss the marina had to offer and then ready Scarlett
for our next day departure praying we would have fair winds and following seas
for our planned four-day sail to Acapulco. What will Acapulco bring… I’ll tell you soon… Until the next WiFi!
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Our Scarlett resting at the marina
Nuestra Scarlett descansando en la marina |
Salimos de Puerto Vallarta con 15 nudos de viento.
Finalmente, tuvimos un poco de viento decente para disfrutar la navegada y
aunque lo teníamos en la nariz, el barco estaba totalmente escorando y tuvimos
que virar 5 o 6 veces antes de salir de Bahia Banderas, no me quejé ni una vez
... Bueno ... quizás una vez, pero eso fue todo ... ok, ok, quizás una vez por virada
... esta bien lo admito, me quejé un poco pero estaba feliz de todos modos! Una
vez en el océano disfrutamos del viento de travez durante unas pocas horas, y
como es de esperarse por la noche el viento dejo de soplar. El skipper no
quería llegar a Bahía de la Navidad por la noche porque la entrada a la marina
tiene áreas muy poco profundas y no mucho espacio para el error por lo que motoreamos
un buen trecho. Al llegar tuvimos un golpe de suerte ya que llegamos alrededor
del mediodia atras de un barco pesquero que nos fue mostrando la entrada a la
marina.
Foto: El skipper disfrutando del paisaje mientras yo hago todo el trabajo ;)
La marina es un pequeño paraiso escondido del océano detrás
de una montaña. No tiene mucho espacio para circular por lo que tratar de
encontrar el el muelle asignado a nosotros no fue una tarea fácil. La chica de
la marina nos aseguro que nos enviaría personal para ayudar a identificar el
lugar cuando llegáramos, pero como es costumbre estos llegaron ‘fashionably’ tarde.
Ya cansados de lidear con la tensión de mover a Scarlett a través de pequeños
pasillos y lugares desconocidos, decidimos atarla al final del muelle C y
buscar el lugar a pie tratando de evitar una repetición de la llegada a Puerto
Vallarta. Por supuesto una vez que encontramos C31, nuestro lugar, el personal supuesto
a ayudar, llegó.
La marina está situada a los pies del Grand Bay Hotel Isla
Navidad y como visitantes teniamos acceso a sus instalaciones. Pasamos muchas
horas descanzando en la piscina, el jacuzzi y los jardines circundantes. La
piscina tenía más de 6 pies de profundidad y el agua era agradable y cálida. En
el medio de ella había un bar donde disfrutamos de algunas bebidas y un par de
toboganes de agua que Dax se canso de subir y bajar con otros niños que se
estaban hospedando en el hotel. Una placer total!
Foto: Dax y yo tomando algo en la piscina
Una de las razones por las que queriamos ir a
Bahía de la Navidad era que habíamos oído hablar de un gran panadero francés
que que vende sus productos de barco en barco en en chalana. En el ambiente de
los navegantes, el es muy famoso, es una visita obligada cuando vas bajando
hacia el sur. Debo decir que no nos decepcionó. Sus productos horneados eran de
morirse. Los croissants de almendras y las tartas de frutas eran increíbles y
el pan fue el mejor pan que compramos hasta ese momento en México.
Foto: El poder de la comida, mis dos hombres esperando por los goodies a las 7:45 am!
Foto: La panaderia francesa en camino!
Tomamos el taxi acuático para cruzar el canal hasta la
pequeña ciudad de Barras de Navidad que está en la frontera de Colima y
Jalisco. Fuimos a Capitanía de Puerto para hacer el papeleo habitual y luego
nos fuimos a explorar el pequeño puebo. El pueblo es el típico pueblo colorido
mexicano lleno de chucherías para los turistas y algunas pequeñas tiendas con
frutas frescas y suministros. Aparte de disfrutar de las impresionantes vistas
a la bahía no hay mucho más que para hacer que tomar un Corona y relajarse.
Como ya es nuestra tradición de viaje, el último día
elegimos una pequeño restaurante con mucha personalidad. Muchos lugareños
estaban comiendo allí, así que me imagine que el lugar debía ser bueno. Confiada
en que había hecho una buena elección nos sentamos en Don Pedro. Resultó que
Don Pedro estaba dirigido por un veterano mexicano cascarabias … Don Pedro nos
regañó por ser exigente y no querer comer sus creaciones, algunas de los cuales
debo admitir, no eran reconocibles. Las conversaciones entre Dax y el anciano fueron
de morirse ... después de unos minutos de negociar estuvieron de acuerdo que una
hamburguesa de camarones y un Pepsi harian el truco y pudimos cenar en paz. En
el transcurso de la cena, descubrimos que el veterano era encantador… de pocas
pulgas… pero realmente encandador y terminamos con un abrazo y riendo de
nuestro intercambio cultural con la promesa de que volveríamos algún día. Bueno
tal vez yo ... no estoy seguro que Dax y Ricardo cumplan la promesa.
Foto: Dax y yo en Don Pedro despues de que nos reto
El abuelo mexicano y el ambiente del restaurante era justo
lo que necesitábamos para terminar nuestra estadía de tres días en Bahía de la
Navidad con nostalgia. Volvimos a la marina para disfrutar de las últimas horas
de ‘lujo’ y luego a preparer a Scarlett para arrancar nuevamente al día
siguiente siempre rezando por ‘Fair winds and following seas’ para nuestra siguiente
etapa de cuatro días a Acapulco. ¿Qué traerá Acapulco ... Te lo diré pronto ...
Hasta el próximo WiFi!
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View of the entrance to the marina from the hotel
Vista de la entrada a la marina desde el hotel |
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Hotel reception
La recepcion del hotel
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Dax and Ricardo giving me some attitude :)
Dax y Ricardo haciendose los super malos :) |
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An adorable street
Una calle adorable |
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Nightime ... so peaceful
Noche ... tan calma |
Que lindo lugar...me imagino ver llegar al panadero en chalana , muy pintoresco de verdad y cosa mas riva que un buen pan , no hay!!!
ReplyDeleteSobre el cascarrabias Don Pedro imagino la cara de Richitard...jaja promesa seguro no cumplirá jjaj. Lindas fotos cuñadita!! Sigan disfritando y buenos vientos...besos